Pirayú: Mecánico en dos ruedas, auxilia con su “bicitaller”
- Sus manos engrasadas demuestran su pasión por lo que hace. Es su pan de cada día. Desde niño su mundo gira alrededor de autos, grasas, lubricantes, aceites, bujías, pastillas de freno, etc.
- Trabaja como mecánico y electricista en Pirayú, pero también pedalea hasta otras ciudades para auxiliar.
Hablamos de Florencio Medina (30), es de Pirayú, se volvió un ícono de la ciudad. Allí, todos lo llaman “Bigote”, el salvatore de los conductores, cuyos vehículos se fueron al mazo. ¿El motivo? Desde las 5:30 de la mañana, “Bigote” ya está al pie del cañón y sale a recorrer en busca de algún cliente o a salvar a alguien que quedó en la calle con su rodado. Y lo hace de una manera peculiar: a bordo de su bicicleta que lo transformó en un “minitaller mecánico andante”. Allí tiene todas las herramientas y repuestos que podría necesitar para realizar un auxilio. Además, le colocó radio hasta una sirena. Según informó el medio digital cornica.com.py.
“Manejo completamente la parte mecánica y la parte eléctrica del automóvil. La mecánica es mi pasión. Y si el cliente no llega a mí, yo voy a ellos”, contó.
“Mi bicicleta es un minitaller que lo traslado a donde me necesitan. Allí tengo todo, mis herramientas y repuestos, todo lo que haga falta. Llevo las herramientas de mano, llaves de todo tipo, herramientas neumáticas o hidráulicas para sujetar piezas, de medición, para acoplar, pastillas de freno, rulemanes, aceite, de todo”, contó.
“Pedaleo kilómetros y kilómetros en busca de alguien que me necesita o acudo a donde me llaman, yo no tengo problema”, confesó.
“Aquí en Pirayú muchos ya me conocen, la mayoría, porque me ven en mi “bicitaller” todos los días. Pero también pedaleo hasta otras ciudades para auxiliar. Nací para arreglar autos y esta es mi pasión”, finalizó.
“Pedalear no me cansa, me sirve para ir a ayudar”
“Bigote” comentó que todo lo que sabe lo aprendió de su hermano mayor, Juan. “Desde muy chico comenzó este amor por la mecánica. Veía a mi hermano Juan trabajar en el taller y viendo el empeño que le ponía como que me fue contagiando y comenzó a gustarme esta profesión. Con él comencé a trabajar. Él me enseñó muchísimo, fue como mi profesor”, dijo y siguió: “Aquí, al lado de casa tenemos un taller. A veces voy a auxiliar a bordo de mi bicicleta y luego traemos acá el vehículo para dejarlo impecable”, agregó. “Como te digo, pedalear no me cansa porque sé que me sirve para ir a ayudar a alguien que lo necesita”, finalizó.