Las cárceles son una bomba de tiempo a punto de estallar, donde el terror está instalado
- Nuestro país tiene un altísimo nivel de hacinamiento en las prisiones, a lo cual se suma que el 70% ni siquiera cuenta con una condena; apenas 4.000 reclusos están condenados.
El hacinamiento en las cárceles es un caldo de cultivo para las facciones criminales como el PPC y el clan Rotela. Ambos grupos, al igual que otros, han logrado articular una red de soldados, captando a los reos dentro de las cárceles para extender así la red de tráfico de drogas dentro de los centros de reclusión y a la vista de todos, convirtiéndose así en una grave amenaza para la seguridad interna. También en las prisiones se instaló un sistema de recaudación. Según informó el medio digital hoy.com.py.
Los esfuerzos por “solucionar” esta problemática apuntan básicamente a la construcción de más cárceles. Mientras se debate qué hacer y se construyen más sitios para las personas privadas de libertad, la bomba de tiempo está en medio de todos y a pasos de explosionar.
Tras la revuelta de ayer que dejó a seis fallecidos en la Penitenciaría de Tacumbú, la ministra de Justicia, Cecilia Pérez, expresó a radio Monumental que lo ocurrido fue en respuesta por las medidas que está adoptando y resaltó que se requiere una transformación penitenciaria que involucre a los tres poderes del Estado, no solo a su cartera estatal.
“Estamos ante una crisis penitenciaria, la venimos remando y ayer explotó la contención del sistema en cuanto a las medidas que se vienen tomando y tocamos un nervio importante. Quiero aclarar que no fue un conflicto entre clanes, no es igual a lo sucedido en San Pedro, es parte de un esquema de violencia”, comentó.
Ratificó en su posición de no reponer al recluso Orlando Efrén Benítez, quien pertenecía al grupo de Jakare Po, debido a un supuesto plan de fuga. Los internos de Tacumbú alegaron que el traslado de Benítez correspondía a un privilegio y luego que se iba a trasladar a las demás cabecillas, entre ellos a los del clan Rotela. “Si teníamos una duda, ahora lo estamos confirmando, (Benítez) estaba liderando un gran sector. Teníamos la información de un plan de fuga”, agregó.
La ministra explicó además que más del 70% de la población penitenciaria no tiene condena, por lo que se debe trabajar en separar a los condenados de los procesados y trabajar de manera integral con cada sector. Reconoció que la solución va mucho más allá de la construcción de tres nuevas cárceles para albergar a 4.000 internos. “Nosotros tenemos 14.000 personas privadas de libertad y solo 4.000 están condenadas”, agregó. Según los datos de Justicia, se estima que actualmente hay más de 2.450 internos en Tacumbú.
Por su parte, Juan Martens Molas, doctor en Criminología, indicó mediante su cuenta de Twitter que el sistema penitenciario ya no aguanta y es urgente una reforma integral.
“El sistema penitenciario, en especial Tacumbú, es como una usina productora de dinero. En cada pabellón existe preso que recauda y entrega puntualmente su parte a guardias y jefes, su pena de represalias. Se paga para que no te envíen al bajo, por tener y usar teléfonos móviles, por disfrutar de bebidas alcohólicas, por el ingreso de mercaderías ilícitas (marihuana, cocaína, crack)…. Tacumbú genera millones al día y ¿el dinero queda entre los agentes penitenciarios? ¿O parte de lo recaudado llega a otras esferas del poder político?”, argumentó.
El sistema penitenciario, en especial Tacumbú, es como una usina productora de dinero. En cada Pabellón existe preso que recauda, y entrega puntualmente su parte a guardias y jefes, so pena de represalias 1/3
— Juan A.Martens Molas (@Martens78) February 17, 2021