Con 25 votos en contra, el Senado rechaza castigar el criadazgo como delito
- Pese al dictamen favorable de comisión, el proyecto fue rechazado por amplia mayoría.
- La iniciativa planteaba penas de hasta 10 años de cárcel por criadazgo.
- El texto vuelve a Diputados, que podrá ratificarse, modificarlo o archivarlo.

La Cámara de Senadores rechazó este martes, mediante votación electrónica y con 25 votos en contra, el proyecto de ley “Que garantiza el derecho de niños, niñas y adolescentes a la protección ante el criadazgo”, una propuesta que buscaba penalizar esta práctica con sanciones de hasta 10 años de cárcel. La normativa vuelve ahora a la Cámara de Diputados, donde se originó.
El proyecto había sido impulsado por las diputadas Dalia Estigarribia y Johanna Ortega, y en su versión original solo establecía la prohibición del criadazgo, sin contemplar penas. Sin embargo, en su paso por el Senado fue modificado para incluir sanciones penales, lo que desató un extenso debate y el posterior rechazo mayoritario.
Uno de los principales argumentos para el rechazo provino del senador Natalicio Chase, líder de bancada de Honor Colorado, quien cuestionó la redacción del proyecto. “Al existir una sanción equivalente hasta 10 años, que fue la última modificación, es importante que esté bien definido para no caer en una mala aplicación de la ley”, expresó a los medios de prensa.
Pese a contar con el dictamen de aprobación de la Comisión de Pueblos Indígenas del Senado, el proyecto fue rechazado por una mayoría que consideró insuficientes las precisiones sobre qué situaciones específicas serían tipificadas como criadazgo, lo que podría derivar —según los detractores— en efectos jurídicos no deseados.
Con el rechazo del Senado, la propuesta regresa a la cámara de origen. La Cámara de Diputados podrá ahora aceptar el rechazo, modificar el texto o insistir en su versión original, lo que podría mantener viva la discusión en torno a una práctica profundamente enraizada en sectores vulnerables del país y señalada por organismos internacionales como una forma de explotación infantil.